Las mujeres en un pueblo de Guatemala se han unido para fabricar textiles con métodos ecológicos y sin patrón. Fotos y nota por Green Diosa.
Marianne de Green Diosa estuvo en Guatemala hace unos meses y descubrió cómo las mujeres que manejan pequeñas empresas como Asociación Kemo continúan con las antiguas tradiciones, mientras crean hermosas prendas, bufandas, alfombras, sombreros y bolsos de la naturaleza.
San Juan La Laguna es un pueblo en el Lago Atitlán con una población nativa de alrededor de 11,000 personas Tzu’tuji que son una de las 22 tribus mayas en Guatemala. Tradicionalmente, el pueblo ha dependido de la pesca y la agricultura, per con la disminución de las poblaciones de peces, la gente local ha estado vendiendo textiles a los turistas para ganarse la vida. Uno de esos grupos es Asociación Kemo.
Candelaria Yotz de Kemo explicó: «Somos una asociación de 22 mujeres y trabajamos juntas para vender nuestros productos para ayudar a nuestros propios hijos a seguir estudiando. Es un negocio familiar, nuestros esposos van a los cerros a buscar plantas, corteza de árboles, y recogen el algodón que han sembrado, lo limpian, luego las mujeres tiñen el algodón y nuestros hijos lo enrollan en bolas.»
«No hay un patrón contandonos que tenemos que hacer.» (Candelaria, Asociación Kemo)
Guatemalan society like in many other countries in Latin America can be characterized as being patriarchal and ‘machista‘ that often excludes women. In most rural communities in Guatemala, the traditional role of a woman is to stay at home, cooking, cleaning and looking after the kids. Candelaria hopes that is changing: «We work creating our products and there is no (male) boss telling us what to do.» She says: «As women, our association is all about creativity and design, and every tourist who comes here and buys something is helping us as women, helping our children and also helping our families.»
Ascelin Mendoza también trabaja en Kemo. Le enseñó a Marianne cómo hacer hilos de algodón y cómo se usan juntas diferentes plantas y cortezas de árboles para crear diferentes tonos y colores. «Las variaciones que tienen los insectos y las plantas es que nos dan diferentes tonos o colores cuando se mezclan,» dice Ascelin. Por ejemplo, el Cochinillo en su color natural nos da un tono más oscuro como la carne pero si lo mezclas con jugo de limón nos da un color rojo más intenso.
Ascelin agrega: «Todos los colores provienen de la naturaleza y no contaminan los lagos ni matan animales, pero tienen vitaminas que regresan nuevamente a la tierra. Además debido a que la tierra nos da cosas, tenemos que devolver cosas a la tierra, a diferencia de los productos quimicos.»
Después del petróleo y el gas, la industria de la moda es la más dañina para el planeta, ya que genera enormes cantidades de gases de efecto invernadero, seca las fuentes de agua, contamina ríos y usa cantidades masivas de energia, agua y productos químicos.
«El mejor camino a seguir es el que eso no daña los recursos de la naturaleza» (Ascelin, Asociación Kemo)
Los métodos antiguos de producción textil en Guatemala evitan el uso de productos químicos hechos por el hombre. Y Ascelin deseaba recalcarle a Marianne que lo que ella hace no tiene un impacto ambiental negativo. «Los productos químicos traen muchas cosas que hacen que la naturaleza tenga un período de tiempo corto,» dice ella. «Por ejemplo matan animales y eso no es algo que queremos que pase aquí. Desde hace mucho tiempo nuestros ancestros nos enseñaron estas técnicas que seguimos usando de la misma manera. Nos damos cuenta que el mejor camino a seguir es el que eso no daña los recursos de la naturaleza, y nos encanta hacerlo de esta manera.»
Asociación Kemo genera un triple impacto porque no solo busca ganar dinero sino que genera un impacto ambiental positivo trabajando con productos derivados de la naturaleza sin químicos. También tiene un impacto social positivo ya que anima a las mujeres a convertirse en empresarias y trabajar de forma independiente.
Todas las fotos © Green Diosa